que es la insolvencia

¿Qué es la insolvencia y cómo evitarla?

La insolvencia es aquella situación en que no disponemos de recursos para pagar todas nuestras deudas. Esta definición, aunque sea poco técnica, expresa perfectamente qué es la insolvencia.

El ordenamiento jurídico dispone de diferentes herramientas para hacer frente a este escenario. Algunas de ellas se aplican tan solo a personas físicas, mientras que otras están principalmente orientadas a empresas.

En definitiva, aunque la insolvencia es una situación angustiosa, existen salidas viables. Y en este artículo vamos a revisar algunas de las herramientas más útiles cuando carecemos de liquidez o nuestros pasivos superan a nuestros activos.

¿Qué es la insolvencia?

El diccionario panhispánico del español jurídico define la insolvencia como un desbalance patrimonial en que los activos son inferiores a los pasivos. Es decir, cuando tenemos más deudas y obligaciones que capital y derechos con los que hacerles frente.

Además, destaca los dos tipos de insolvencia que dan pie al concurso de acreedores:

  • Por un lado, la insolvencia actual. Este concepto hace referencia al momento en que ya no podemos atender regularmente nuestras obligaciones exigibles.
  • Y, por otro lado, la insolvencia inminente. En este caso nos referimos a aquella situación en que sabemos que a corto plazo seremos incapaces de hacer frente a nuestras obligaciones de pago.

En definitiva, la insolvencia se identifica con la dificultad de pago, que puede ser actual o inminente.

¿Cómo puede producirse la insolvencia?

Atendiendo a la definición del diccionario panhispánico del español jurídico, la insolvencia se produce cuando tenemos más deudas que activos. Pero lo cierto es que también podemos encontrarnos en esta situación si atravesamos una falta de liquidez.

En efecto, es más fácil convertir en dinero unos activos que otros. Y si necesitamos cumplir con obligaciones exigibles nos podemos encontrar con que no podemos hacerlo por no poder liquidar nuestro capital.

Este escenario es bien conocido dentro del sector económico, empresarial o profesional. Por ejemplo, les ocurre a los autónomos que tienen derechos de cobro pero, a causa de la morosidad de sus deudores, se encuentran de pronto con que no pueden cumplir con las obligaciones propias de su actividad (pago a proveedores, impuestos…).

En resumen, podemos encontrarnos con una situación de insolvencia incluso teniendo un activo superior a nuestro pasivo. Y es que, pese a que hayamos ofrecido una definición contable de la insolvencia, la que en realidad nos interesa desde una perspectiva jurídica es la de la Ley Concursal. Esta norma explica que:

<<Se encuentra en estado de insolvencia actual el deudor que no puede cumplir regularmente sus obligaciones exigibles. Se encuentra en estado de insolvencia inminente el deudor que prevea que no podrá cumplir regular y puntualmente sus obligaciones>>.

¿Qué puedo hacer si soy insolvente?

El procedimiento oportuno ante la insolvencia depende de las circunstancias que concurran en el caso. En general, los elementos más importantes serán:

  • Si eres una persona natural o jurídica. Los instrumentos que el ordenamiento jurídico pone a disposición de particulares y familias no son idénticos a los que articula para PYMES y empresas.
  • Si tu insolvencia es actual o inminente. En general existen más posibilidades de librarse de esta situación cuanto más tiempo tengamos para reaccionar. Dicho de otro modo, hay más campo de actuación cuando la insolvencia es inminente que cuando es actual.

Mecanismos para resolver la insolvencia de personas físicas

La herramienta más útil para atajar la insolvencia de personas físicas es la Ley de Segunda Oportunidad. Para entender su relevancia es fundamental conocer el principio de responsabilidad patrimonial universal.

Según este principio, las personas responden de sus deudas con todo su patrimonio actual y futuro. Es decir, una vez contraes una deuda tendrás que pagarla, y si ahora no dispones de capital, tu deudor podrá seguir reclamando el pago hasta que puedas satisfacerla.

Cuando el particular se endeuda para hacer frente a sus deudas, el principio de responsabilidad patrimonial universal (unido al pago de intereses) puede conducirlo a la llamada “espiral de endeudamiento”. Esta situación se da cuando sus ingresos solo alcanzan a pagar intereses, lo que significa que jamás podrá salir de la insolvencia.

Por eso, ante una situación de insolvencia de las personas físicas, conviene:

  • Buscar asesoramiento profesional especializado en gestión de la insolvencia.
  • Negociar preferentemente reestructuraciones de deuda, antes que refinanciaciones.
  • Acogerse a los mecanismos de protección social que resulten aplicables.
  • Recurrir a la Ley de Segunda Oportunidad, gracias a la cual podremos librarnos del principio de responsabilidad patrimonial universal.

Además, como particulares deberemos tratar de salir de ficheros de morosos, que pueden complicarnos el acceso al crédito o servicios. Y en el caso de que tengamos una hipoteca será fundamental la negociación con la entidad financiera para tratar de salvar nuestro hogar.

Mecanismos para resolver la insolvencia de personas jurídicas

Cuando hablamos de la insolvencia de una persona jurídica solemos estar ante una situación más delicada. Tengamos en cuenta que las personas jurídicas tienen relevancia social y económica.

Que la empresa se quede sin liquidez puede suponer la suspensión de pagos o de contratos de trabajo. Además, el nivel de endeudamiento de una persona jurídica suele ser mucho mayor que el de las personas físicas, lo que agrava las consecuencias de la insolvencia. Por eso existe el concurso de acreedores, que trata de organizar la salida de la insolvencia para minimizar su impacto social y económico frente a terceros.

Los socios y/o administradores de una empresa deben prestar especial atención a su capacidad de pago. Recordemos que no solicitar a tiempo el concurso de acreedores supondrá la atribución de responsabilidades y sanciones.

Pero el concurso no es la salida necesaria a este tipo de situaciones. Antes de llegar al concurso de acreedores la empresa puede recurrir a otras soluciones preventivas y extrajudiciales. Por ejemplo:

  • Contar con un departamento de morosidad e impagos ayudará a la empresa a evitar los problemas de liquidez. Además, existen normas como la Ley 3/2004 que luchan contra la morosidad en operaciones comerciales. En definitiva, contar con especialistas en cobro de morosos nos alejará de los problemas de liquidez que podrían derivar en nuestra insolvencia.
  • Antes de llegar al concurso se pueden adoptar acuerdos de reestructuración crediticia, de refinanciación o de conversión de deudas. Las habilidades de negociación son, por tanto, críticas para evitar el trámite concursal.
  • Incluso, llegado el momento de solicitar el concurso, existen herramientas como el concurso express que ayudarán a gestionar los trámites y reducir responsabilidades. Precisamente por ello es importante contar con asesores especializados en Derecho Concursal.

La gestión de la insolvencia como especialidad jurídica

Aunque solo hemos podido dejar caer algunas pinceladas sobre el concepto de insolvencia y las herramientas para enfrentarla, esperamos haber transmitido:

  1. Que existen diversas formas de insolvencia. Esta se puede producir por un desbalance contable o por un problema de liquidez. Por tanto, puede ser transitoria o estructural. Además, el ordenamiento diferencia entre la actual y la inminente, favoreciendo las soluciones preventivas.
  2. Que, en consecuencia, existen diversas herramientas para gestionar la insolvencia. Estas incluyen negociaciones y diferentes soluciones judiciales y extrajudiciales. Por tanto, en cada caso es conveniente estudiar la situación del insolvente para poder ofrecer una solución personalizada y efectiva.

En Lemus Abogados llevamos 25 años trabajando en el sector de la gestión de la insolvencia. Puedes contactar con nosotros si atraviesas un momento delicado, sea a nivel contable o de liquidez, para que estudiemos tu situación y desarrollemos un plan viable que te saque de la insolvencia y rentabilice el valor de tus activos.